ETAPA 3
13 de Julio
ANDECHS -- UTTING ( 24 km.)
Se sale desde lo alto de la colina de la Abadía, con una fuerte subida para empezar. Pero como ya estuvimos ayer por la tarde, sin macuto, decidimos salir por una calle, de frente a nuestro gastof, pasando por la iglesia, que por cierto no ha dejado de dar campanadas toda la noche, señalando las horas, hasta un desvío a la izquierda, que marca una ruta ciclista y también la señal de camino alternativa y que se unirá más tarde con la senda que baja de la abadía.
ANDECHS -- UTTING ( 24 km.)
Se sale desde lo alto de la colina de la Abadía, con una fuerte subida para empezar. Pero como ya estuvimos ayer por la tarde, sin macuto, decidimos salir por una calle, de frente a nuestro gastof, pasando por la iglesia, que por cierto no ha dejado de dar campanadas toda la noche, señalando las horas, hasta un desvío a la izquierda, que marca una ruta ciclista y también la señal de camino alternativa y que se unirá más tarde con la senda que baja de la abadía.
El camino es impresionante, se trata de un barranco con
paredes muy erosionadas y al fondo una corriente de agua. Se trata de otro
bosque espectacular de hayas.
Así hasta llegar a
Breitbrunn. Divisamos el pueblo al salir del bosque y nos sentamos en un banco
para ver el panorama. Al fondo el lago, con distintos pueblos en las orillas.
Nuestro destino de hoy esta al otro lado del lago, parece
cercano, pero no lo es tanto.
Algo que olvidaba decir. Todos los caminos tienen bancos
para sentarse en los lugares más bonitos y más próximos a los pueblos, que
están cercanos entre si, aunque algunos sean apenas unas cuentas granjas de
labor. Los bancos se agradecen porque el suelo, la hierba, está siempre mojado
y muy verde. Todas las noches nos está lloviendo.
Tenemos que bajar al pueblo, llegar a Herrzching y rodear el
lago por el norte hasta llegar a Utting, que serán unos 15 km más.
Al entrar en la población, Breitbrunn, un pueblo de
vacaciones, no hay ninguna indicación, después de muchas dudas, bajamos a la
estación (Bahnhof) y debemos cruzar la vía, puede ser en la misma estación, por
una pasarela, o en la calle de la izquierda. Allí tomamos un camino de
viandantes y pasamos un arco. Encontramos la primera señal, que nos indica
bajar a la izquierda.
Podemos seguir ese
camino, rodeado de casas o bajar al
mismo borde del lago, para ello hay que ir a la primera línea de casas, todas
muy bonitas y buscar un paso. Estas casas tienen salido directa al lago, para
bajar sus barcos. Encontramos un pequeño camping y un lugar de alquiler de
piraguas y por allí bajamos. Si en esa calle llegas a una casa con aspecto de
ser propiedad de un rico árabe, con verjas y dorados, que desentona totalmente
con el entorno, entonces es que te has pasado y debes retroceder.
Merece la pena seguir al borde del lago, aunque cueste
encontrar la bajada. Allí hay un pequeño sendero y que va entre árboles, pegado al agua, con frecuentes claros y
pantalanes donde sentarte a mirar o refrescarte. Ese camino, es posible que en
épocas de deshielo este, en parte, cubierto de agua, pero es de una belleza
tremenda. El agua es muy clara y el fondo es trasparente.
Cuando el camino parece acabar, hay un cartel que indica
Stegen, que tomamos guiados por una pareja alemana muy amable.
Al llegar paramos en un Kiosco en un parque, para tomar una
cerveza, nuestro bocadillo y descansar, mirando al lago.
Seguimos el camino indicado hasta llegar a una autovia,
subimos a ella, seguimos adelante y a unos 20 metros, encontramos la señal que
nos baja de nuevo al camino. La autovia pasaba por encima de un extremo del
lago, de más profundidad, donde había unos chicos nadando.
Desde aquí, bordeando más o menos el lago y siguiendo las
señales llegamos hasta Utting.
Antes de entrar en Utting, vimos una pensión y preguntamos
por si había alojamiento. Nos recibió una señora muy mayor, nos indico que
estaba lleno, pero al vernos las botas, se dio cuenta que estabamos haciendo el
Camino y nos sello la credencial y nos dio una medallita, con mucha pena por no poder albergarnos.
Otro pueblo de vacaciones, aunque es muy curioso que sea
solo turismo alemán, no vemos extranjeros, ni carteles en ningún otro idioma
que no sea alemán .
El hotel:
Wittelsbacher Hof
(129 € los tres)
Preguntamos en un restaurante italiano que encontramos y nos
indican una gastof, cerca de la estación.
Nos dan una habitación triple, abuhardillada. Cenamos y bajamos al lago
a pasear y disfrutar del paisaje.
Ha sido una etapa muy bonita, de las que más recordaremos.
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