ETAPA 7

17 de julio
LECHBRUCK – MARKTOBERDORF (25 KM)
La señora de la gastof nos confiesa que tiene 84 años. Ella atiende todos los desayunos y somos unas cinco mesas, todo puesto con tanto esmero y tan bonito que te quedas mirando sin desayunar.
Al rato viene otra mujer que la ayuda.
No le pedimos que nos reserve habitación para esta noche.
Llamo yo, con una frase sacada del Google traductor. Lo malo es que suelen contestar, entonces no entiendo nada y me tengo que pasar al inglés.

El señor de esta noche, sonríe al teléfono y me reserva las habitaciones. No siempre hemos tenido la misma suerte.
He llegado a la conclusión que cuando escuchan al teléfono a un extranjero, de entrada dicen que no hay. Sienten cierto recelo con los musulmanes, pero cuando nos ven, no tenemos problema y el trato es exquisito.
Lo mismo que cuando nos ven con un mapa buscando algo, enseguida vienen a ayudarnos.

Hoy, para continuar el camino, seguimos la carretera por la que entramos, es decir el puente a la derecha, siguiendo la corriente del río. Nos situamos en la acera izquierda, hasta que vemos la primera señal del Camino, que va a Bernbeuren.
Nosotros viendo el mapa que está en un panel, tratamos de ir directamente a Auerberg, siguiendo la ruta azul. Subir a Bernbeuren es dar un pequeño rodeo. Pero la realidad es que al final  damos más rodeo, porque no esta bien señalizado.
Recomiendo seguir las indicaciones de camino hasta Bernbeuren.



El camino es muy bonito, vamos ganando altura y se ve el río al fondo del valle y todo el pueblo, uniforme, con la torre de su iglesia y las casas similares, sin desentonar, aunque todas sean distintas. Esto lo vemos repetido todos estos días.

En la subida, para ver el panorama.

La cabaña del bosque, decorada como en los cuentos.



Llegamos a Auerberg sobre las 12, allí arriba hay un bar, con una terraza que mira al valle, la vista es impresionante. Descansamos allí.
Abajo del bar hay carteles indicadores de rutas y vemos que, por fin, hemos encontrado una señal de camino.
También aquí hay que asomarse al valle.

Nos dirigimos a Stötten el camino es un poco lioso, campo, pinar, camino. No esta bien indicado y de nuevo tenemos que tirar de GPS y track. Pasamos algún pueblo pequeño y por fin llegamos a Stötten. Otro pueblo precioso.






 A la salida, en una recta larga, encontramos un banco a la sombra, para descansar.
De frente, al fondo, los picos de los Alpes, abajo el pueblo y delante de nosotros una pradera verde. No se puede pedir más.
Desde allí seguimos camino a Marktoberdof, se entra por un camino bordeado de altos árboles frondosos, parece una antigua carretera.
Antes de entrar buscamos en el GPS la ubicación del albergue y vemos que esta allí
mismo, cerca de un cementerio, que parece un jardín.

Sorpresa, el hospitalero, Klaus, tiene 77 años, es un enamorado de España y de los Caminos españoles. Va todos los años, ha hecho todos los caminos y sigue yendo a hacer distintas rutas, como el Caminito del Rey en Málaga. Nos dice que ha sido hospitalero voluntario en la Rioja.

Aquí esta de voluntario, la casa es de un amigo, también enamorado del camino que lleva 25 años caminando. Es un arquitecto de Munich que compro la casa para albergue.
Kraus habla español bastante bien. Tiene sus amigos Paco y Manolo en España, que ha conocido en albergues y en el camino. Da gusto hablar con él. Fue director de un colegio en Munich y nos cuenta que había niños de 70 nacionalidades, que la mayoría no hablaba alemán, lo que hacia la tarea de todos muy difícil.
Piensa que Merkel se ha equivocado dejando entrar a tanta gente. Pero su aversión es contra los musulmanes. Dice que hay cinco millones y le preocupan los turcos.
También nos cuenta que en la época en que fueron de manera masiva italianos y españoles no hubo problemas, que aprendieron el idioma y se adaptaron.
Por supuesto, todo esto es la opinión de una persona.
Nos vamos a cenar y cuando estamos sentados en una terraza, aparece Klaus buscando él también un sitio para cenar, le invitamos a sentarse con nosotros y allí es donde tenemos todas las conversaciones.
Después volvemos al albergue por un sitio distinto, atravesando un cementerio en una pequeña loma, tan bonito que parece un jardín francés, con los setos que separan distintos espacios.
Ha sido una experiencia muy agradable. Lo bueno del Camino es poder comunicarse con personas de distintas nacionalidades y ambiente
                                                                  
                                                                   

La dirección:
Elfie´s Pilgerquartier
Reichshofstrasse,4  tfno. 08342-7019718  (16 € con desayuno)

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