ETAPA 5



15 de julio
WESSOBRUNN – ROTTENBUCH  (28 KM)

Seguimos la carretera hasta ver una señal de camino a la derecha, se entra en un bosque cuesta arriba hasta llegar a campos verdes.



 A los 7 km llegamos a Forst y cogemos un cruce a la izquierda hasta el camino.
Seguimos el camino hasta que encontramos dos opciones:
-         subir a la Kirche, muy empinado
-         seguir la carretera, siguiendo las marcas de bicicleta a Rottenbuch.


Por la primera opción se hacen más kilómetros y por la segunda, muy pronto, encontramos de nuevo la marca de camino. Allí mismo hay un mapa con las dos opciones y cada uno toma la que más le apetece.
Estamos descubriendo que la ruta que llevamos marcada, cada vez se cumple menos, pero siguiendo los caminos, ya sean de bici o los marcados con la concha, se llega a
destino.
Todos los pueblos, desde que salimos de Munich, están intercomunicados por vías para caminantes y bicis, hay muchas rutas marcadas y una de ellas es la nuestra.




 


Seguimos indicación hacia Schanlhutte, por un bosque muy oscuro de pinos. Los últimos kilómetros son una senda resbaladiza, que baja un monte de golpe, tiene peldaños y algunas ayudas más y mucho, mucho barro.
Soñamos con llegar a Schanlhutte y tomar una cerveza, cosa que cada día es más difícil, pero se trata solo de una cabaña, en medio del monte, al lado de un río. Hay una fuente con botes de cerveza en el pilón, pero claro, son de las personas que están delante de la cabaña aprendiendo a disparar la caña, para pescar.





Desistimos de beber y como el camino discurre por una senda ancha y llana, nos
paramos en unas rocas a comer el bocadillo. El río es ancho y caudaloso, como río de montaña.
Después se va por un camino difícil, es una senda de una sola persona, a media ladera, por una barranca y con formaciones muy curiosas en las caídas de agua.




 El camino sube y cuando piensas que ya estas arriba, vuelve a bajar. Tiene peldaños, pasarelas y barro. Cojo un palo para apoyarme. Sinceramente el camino me encanta, con el río al fondo, a veces lejos, a veces cerca, pero se tarda mucho.
Mi compañera tiene vértigo y lo pasa mal, yo voy detrás, para, al menos, que sienta que tiene un apoyo.
Si alguien tiene vértigo, debería buscar otro camino, que seguro que existe, porque las bicis no pueden venir por aquí.
Al final salimos del barranco y llegamos a un prado, al fondo se ve el monasterio de Rottenbuch.




Pero el camino tuerce y vamos de nuevo por otra senda a media ladera, pero más fácil.
Mi compañera dice: “como vea otro bosque lo quemo”


Por fin salimos al Monasterio. Tenemos mucha sed.
Entramos en el Monasterio, del mismo estilo barroco de todas las iglesias alemanas que hemos visto.
Por fin encontramos un biergarten y nos tomamos unas cervezas, mientras esperamos que vengan a buscarnos de la B&B que nos reservo Utchi, la hospitalera del pueblo anterior. Esta a 4 km, en medio de la nada.
Bueno, son un grupo de unas seis granjas, tan bonitas y floreadas como todas. Nos dan unas habitaciones preciosas, tan bonitas como los gastof que estamos pagando y pagamos 16 € por persona, desayuno incluido.
Paseamos por la finca, tiene huerto, cerdos y todo lleno de flores.

Como la dirección no viene en las relaciones que vamos a aportar, la incluyo aquí:
B&b Bayer
Vogelherd, 7 Rottenbuch  Tfno: 08867/223

  




En esta casa coincidimos con la madre y la hija holandesa que habían estado en el albergue de Wessobrunn, según nos dijo la hospitalera y también con una pareja de alemanes. Como no había un sitio para cenar, nos habían ofrecido hacer un pedido a un restaurante italiano, que consistía en una pizza enorme, una ensalada y dos botellas de vino.
Acabamos hablando de todo y compartimos el vino. Ya estamos dentro del espíritu del camino.

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